La hepatitis C se contagia por contacto directo con sangre infectada. Por ejemplo, si la sangre infectada entra en contacto con una llaga abierta o un corte en las manos, la persona puede infectarse. La hepatitis C no se contagia por contacto ocasional.
Si se ha expuesto al VHC, hágase inmediatamente un análisis de sangre de referencia. Después, vuelva a hacerse el análisis al cabo de 6 meses. Pueden pasar hasta 6 meses antes de que aparezcan anticuerpos.
Recomendamos que se hagan la prueba:
Los procedimientos médicos y dentales realizados en Estados Unidos no suponen un riesgo de transmisión del VHC. El uso de los procedimientos de esterilización requeridos o de instrumentos desechables elimina el riesgo de hepatitis C.
No existe una vacuna contra la hepatitis C.
Los medicamentos antivirales, como el interferón utilizado solo o en combinación con ribavirina, están aprobados para el tratamiento. Algunas infecciones responden mejor al tratamiento que otras. En general, el tratamiento funciona bien en el 30 a 50% de las personas que completan el tratamiento antiviral.
El Departamento Estatal de Servicios de Salud de Texas ofrece asesoramiento y pruebas en determinados lugares. El estado y los departamentos locales de salud pública no tienen financiación para el tratamiento en este momento.
Si no tiene seguro, consulte con su departamento de salud local, grupos de apoyo locales u otros recursos. El sitio web del DSHS también ofrece una lista de recursos útiles.
Hay varias cosas que puede hacer para prevenir daños mayores en el hígado. Le recomendamos las siguientes:
Su proveedor médico le dará más consejos.
Las personas con hepatitis C no deben donar sangre, órganos, tejidos ni semen. No deben compartir objetos personales que puedan contener sangre, como cuchillas de afeitar, cepillos de dientes, aparatos dentales o equipos para el cuidado de las uñas. También deben cubrirse los cortes y las llagas de la piel con un vendaje.
No ocurre muy a menudo. Si el VHC se contagia dentro de un hogar, es mediante el contacto directo con sangre infectada. Algunos ejemplos serían compartir maquinillas de afeitar o cepillos de dientes.
Es recomendable que tenga un botiquín de primeros auxilios en casa y en el coche. Utilice siempre guantes de hule cuando limpie la sangre para no entrar en contacto directo con ella. Limpie la zona con una solución de 1 parte de blanqueador por 10 de agua, o con otro buen desinfectante. Frote bien la zona.
Los estudios sobre la transmisión sexual siguen en curso. Dado que la hepatitis C se transmite a través de la sangre, no es fácil que se transmita por vía sexual. Aún existen algunas dudas sobre si el virus se transmite a través del semen.
Si usted y su cónyuge practican sexo anal, pueden aumentar las posibilidades de transmitir el virus si se produce una hemorragia.
Para una mejor protección, le sugerimos que mantenga una relación monógama con su cónyuge. Para mayor protección, puede considerar el uso de condones de látex.
El riesgo de transmisión sexual es bajo. Si su pareja tiene el VHC y antes consumía drogas por vía intravenosa, sería apropiado realizarle pruebas para descartar la infección.
La hepatitis C se contagia por contacto directo con sangre infectada. No se contagia a menos que haya sangre presente. Su hijo no corre ningún riesgo si tiene algún contacto casual con su excónyuge. La hepatitis C no se contagia por abrazos, besos, apretones de manos, estornudos, tos o por compartir utensilios domésticos (cucharas, tenedores, tazones, vasos).
Aún se están realizando estudios sobre el riesgo de transmisión por tatuajes y la presencia del virus en la tinta. Si una empresa sigue los procedimientos de seguridad universales, como el uso de agujas y tinta estériles, el riesgo de transmisión es muy bajo.
La hepatitis C se transmite por contacto directo con sangre infectada. El virus no puede transmitirse a través de los asientos de los inodoros.
Algunas personas infectadas por el virus de la hepatitis C desarrollan una infección de larga duración, una enfermedad hepática crónica, cirrosis (cicatrización del hígado) o cáncer de hígado. Muchas personas viven durante décadas con el virus y mueren por otras causas no relacionadas con la enfermedad hepática.
De cada 100 personas infectadas con hepatitis C, aproximadamente: